Convulsiones y Epilepsia

Envíado por Instituto de Neurología y Desarrollo Marcón

¿Qué es una convulsión?

Una convulsión es la manifestación clínica (visible) de una actividad cerebral anormal. Es un evento súbito (inicio brusco e inesperado) que se puede dar tanto despierto como durante el sueño, por lo que rara vez pueda pasar inadvertido para los padres.

Hay diferentes tipos de convulsiones, algunas más sutiles (se llaman focales) incluso puede no perderse la conciencia durante las mismas (en ellas los síntomas varían de acuerdo al área del cerebro donde se originen), otras que se llaman ausencias (son desconexiones de varios segundos de duración), otras de sacudidas (se llaman mioclonías) y por ultimo están las generalizadas (de todo el cuerpo) con hipertonía (se pone duro) y clonías (sacudidas rítmicas) así como relajación de esfínteres y cambio de coloración de la piel.

La mayoría de las convulsiones son breves (1 a 5 min) y no causan daños en el cerebro, sin embargo constituyen una emergencia médica y pueden ser peligrosas si duran más de 20 minutos o si una persona tiene varias sin recuperar la conciencia entre ellas.

Las convulsiones pueden tener múltiples causas diferentes, toxicas, fiebre, meningitis, tumores, lesiones cerebrales, traumatismos, metabólicas, sangrados, ciertas enfermedades del cerebro, etc. Aunque también en un porcentaje importante, no se haya ninguna causa o son de origen genético- hereditario. Por estos motivos es necesario estudiarlas para establecer un diagnostico especifico y darle un tratamiento apropiado.

¿Qué hacer ante una convulsión?
1. Mantener la calma y pedir ayuda

Calma. Sí, es complicado, pero sin la tranquilidad necesaria solo vas a empeorar la situación.

Hay algunas convulsiones (las convulsiones focales simples), en las que el niño no pierde el conocimiento, pero seguro que está asustado o se siente muy incómodo. Ver a alguien calmado y que lo tranquilice será un alivio enorme para él. Si está inconsciente, razón de más para asistirle y que no le pase nada peor.

Pedir ayuda es muy importante. La persona más calmada y que mejor sepa qué hacer debe organizar un poco las tareas. Mientras uno está con el niño que convulsiona es conveniente que otro LLAME AL 107 o AL 911. La mayoría de las convulsiones ceden de forma espontánea en 2 ó 3 minutos. Una vez que ha empezado la convulsión no hay nada que puedas hacer para pararla en menos de ese tiempo.

2. Proteger de posibles lesiones

Mientras convulsiona, el niño puede golpearse la cabeza o alguna extremidad con los objetos que le rodean. Si se encuentra en el agua o en una altura las consecuencias pueden ser muy graves, incluso morir.

Los accidentes y el ahogamiento durante una convulsión son responsables de hasta el 20% de las muertes relacionadas con la epilepsia.

Si la persona que convulsiona no se encuentra en un lugar peligroso, lo mejor es no moverlo y retirar de su alcance cualquier objeto con el que pudiera lastimarse: apartar los muebles de su alrededor, si lleva gafas quitárselas… Si está tumbado sobre el suelo hay que protegerle la cabeza de posibles golpes colocando ropa o algún objeto blando debajo.

3. Aflojar la ropa apretada

Aflojar las camisas abotonadas hasta el cuello, las corbatas, cierres, cinturones… facilita que la persona que está convulsionando respire mejor.

En muchas convulsiones con pérdida de conocimiento hay un período inicial, de unos 60 segundos, en el cual el cuerpo se pone muy rígido porque se tensan todos los músculos. La rigidez del tronco impide mover el diafragma por lo que la persona deja de respirar y puede tener los labios azules –cianosis–. Esta situación es transitoria y suele durar menos de 60 segundos. No es necesario hacer nada, enseguida volverá a respirar.

4. JAMÁS introducir objetos en la boca

Por esa rigidez que mencionaba la boca suele estar cerrada con la mandíbula muy apretada. Puede parecer que se pone azul porque tiene la boca apretada, pero ya hemos dicho que la cianosis es porque los músculos del tronco están rígidos.

Espero que con esto quede claro que no hay que intentar abrirle la boca –va a ser imposible– ¡y mucho menos meter nada dentro! La fuerza con la que están contraídos los músculos hará que cualquier objeto (sí, tu dedo también) se parta entre los dientes. Con eso se corre el riesgo de dañar el paladar y provocar aspiraciones de cuerpo extraño.

Voy a volver a repetirlo: NO METER NADA ENTRE LOS DIENTES Nada, es nada, ni siquiera objetos blandos o ropas porque dificultarán la respiración cuando la recobre.

5. NO intentes contener la crisis

Cuando ves a alguien con sacudidas de todo el cuerpo dan ganas de sujetarlo para que cedan. Pero agarrarlo no impedirá que siga la crisis, por el contrario, puede hacer que se alargue.

6. Observa los detalles de la crisis

Describir con detalle lo sucedido va a ser de vital importancia para el paciente. Si no tiene diagnóstico vas a contribuir de forma determinante a poder dilucidarlo. Si ya tiene uno ayudarás a controlar mejor sus crisis.

Debes fijarte en:

  • 1. Lo que estaba haciendo antes de la crisis
  • 2. Posibles desencadenantes –destellos luminosos, golpes, adormecimiento…
  • 3. Si está consciente o inconsciente
  • 4. Si tiene los ojos abiertos y hacia donde miran
  • 5. Los movimientos que hace, a qué miembros afectan y como son
  • 6. Si emite sonidos
  • 7. Cuánto dura la crisis –aproximadamente, ¡nada de cronómetros!
  • 8. Como está después de convulsionar

Esto es especialmente útil si esa persona tiene epilepsia. La epilepsia no es una enfermedad de características uniformes, ya que existen muchos tipos con manifestaciones muy variadas. Por eso la mejor ayuda que puedes prestar a quien convulsiona es las circunstancias y características de la crisis.

Después de la convulsión

Si la persona estaba inconsciente durante la convulsión, cuando termine gírala sobre un costado mientras acaba de recuperarse.

Muéstrate comprensivo y amigable seguramente estará desorientado, aturdido y muy cansado. Necesita que le acompañes hasta que se recupere por completo. Ofrécete a llamar a alguien para que venga a buscarlo.

¿Qué es la Epilepsia?

Una persona con epilepsia es alguien que tiene tendencia a repetir convulsiones en el tiempo. Es por lo tanto una condición neurológica determinada por la repetición de 2 o más convulsiones no provocadas.

Hay muchos tipos de epilepsia o síndromes epilépticos (casi 50 en pediatría), cada uno de ellos tiene un tratamiento específico (al que responden mejor) y un pronóstico particular. Afortunadamente la mayoría de los casos son leves y de fácil control (80%), estos niños están libres de crisis y pueden hacer actividades normalmente.

Esta tendencia a hacer convulsiones puede empeorar o mejorar con los años, también puede durar toda la vida, depende de la causa y del síndrome epiléptico específico que presente el niño. Es una condición frecuente que afecta entre el 1 y 1,5 % de los niños, y solo al 0,5 % de los adultos. (Es decir que una buena parte remite con el tiempo).

Tratamiento de la epilepsia

Existen distintos tipos de tratamientos para la epilepsia, los cuales dependen del tipo, causa y gravedad del cuadro. En algunos casos el tratamiento puede ser algo tan simple como una vitamina, pero en la mayoría se usan medicamentos denominados antiepilépticos. Por suerte hay una diversidad de remedios antiepilépticos, tanto nuevos como antiguos que son muy bien tolerados y efectivos.

La importancia de determinar el tipo de epilepsia radica en que de esa forma podemos darle a nuestro paciente el fármaco más efectivo (este va a ser el que lo mantenga sin crisis usando menos dosis y con menos probabilidad de efectos indeseados).

La medicación debe ser monitoreada periódicamente por el especialista para adecuar dosis, detectar posibles efectos adversos, y efectividad del tratamiento.

En otros casos el tratamiento puede ser una dieta especifica (dieta cetogénica) o un corticoides. En una pequeña porción de los pacientes con epilepsia refractaria el tratamiento puede ser la cirugía.

Mito La epilepsia es una condición grave, peligrosa y discapacitante.

REALIDAD Solo una pequeña parte de los pacientes con epilepsia cumple con este mito. En la mayoría de los casos la epilepsia es bien controlada, carece de riesgos y les permite a los pacientes llevar una vida totalmente normal.

Mito Los pacientes con epilepsia tienen problemas neurológicos, mentales o retraso.

REALIDAD Si bien tienen más probabilidad de presentar trastornos del aprendizaje o del estado de ánimo que la población general, esto ocurre en porcentajes bajos, por este motivo es que se controlan periódicamente. La epilepsia no se relaciona con trastornos psiquiátricos mayores. Muchas veces la misma causa que produce retraso mental y/o autismo también produce epilepsia y no al revés; por lo que no es esperable que una persona sin estas condiciones las padezca como consecuencia de su epilepsia.

Mito Los tratamientos medicamentosos siempre producen efectos adversos

REALIDAD Solo un pequeño porcentaje, en general menor al 10%, de los pacientes que toman un antiepiléptico presentan efectos adversos (No lo toleran), en ese caso hay que cambiar por otra medicación. La probabilidad de efectos adversos aumenta exponencialmente con la politerapia (cuando se toman varios medicamentos al mismo tiempo) y cuando la dosis es muy alta.

Mito Las personas con epilepsia no pueden realizar deportes, meter la cabeza debajo del agua, tomar bebidas cola, chocolate o café.

REALIDAD Si la epilepsia está bien controlada, los pacientes pueden hacer deportes o actividades normalmente y es bueno que lo hagan. Las comidas y bebidas no alcohólicas no pueden desencadenar convulsiones, en cuanto al agua, si están tomando bien la medicación y están libres de crisis, pueden meterse sin problemas requiriendo solamente supervisión, como cualquier otro niño. Solo es recomendable tener una vida ordenada y descansar adecuadamente. Están contraindicados en la epilepsia el alcohol y las drogas psicoestimulantes.

Mito Las convulsiones matan neuronas y dejan secuelas cerebrales

REALIDAD Solo en el 3% de los pacientes con epilepsia se producen convulsiones muy largas (status epiléptico) de más de 20 o 30 minutos de duración y estos son los casos donde puede haber secuelas. También se produce un deterioro funcional importante en las personas con epilepsia refractaria que presentan varias crisis por día.

Mito Todas las personas con epilepsia deben tener un electroencefalograma (EEG) anormal

REALIDAD En muchos casos los pacientes tienen epilepsia y la misma no se hace evidente en el EEG, a veces es necesario hacer estudios más complejos para poder detectarla como polisomnografia (PSG) o video EEG.

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